domingo, 3 de abril de 2011

"EL MONSTRUITO"



No eran las cinco de la mañana ni el sol era el mejor.
Todas las nubes dormían en una caja
Y en el barrio más incrédulo
Vivía gente dada,
Y GENTE QUE NUNCA VIVIÓ…
Y el monstruito me miraba. Me seguía con sus ojos llenos de ojos… Esa tarde no salió a jugar a la pelota.
No lo dejaron.
Miraba la tarde desde la puerta de su casa como si fuese una película que filmaba otro.
Miraba como los demás chicos se divertían en sus patinetas y ÉL en pañales…
¡DIEZ AÑOS Y CON PAÑALES TODAVÍA!
Yo lo ODIABA.
Su madre, la puta,
la que salió con todos los amigos del marido -hasta que un día consiguió
a alguien con un poco de reputación y solemnidad
que la saque del infierno y de los pozos más mojados-
Hoy lo cuida como si fuese oro. ORO CRUDO.
No lo deja salir a la calle
ni ver el brillo resbaloso de la llave del portón.
Lo conforma con un alfajor y con diez minutos de internet.

Los espejos dan torpes imágenes en típicas familias. Dejan ahogados.

Por eso el monstruito vive con rabia y resentido y lleno de necesidades.
Parece jubilado en la cola del banco “Provincia”.

Y yo pasaba por la calle, como cualquier persona que vive en lugares peores.
Estaba despeinado y gordo. Y con algo de resaca,
y el “Monstruito” me vió y me gritó dos veces. DOS VECES.
En la primera me dijo algo inentendible (pero interesante por no tener palabras)
Pero la segunda vez que me habló lo escuché.
Me dijo: ¡FEO… HORRIBLE… IDIOTA!
Juro que por un momento pensé en tirarle una piedra en la cara
y destrozárcela en mil pedazos. Pero tenía razón.
Y me dió un poco de tristeza sus ojos llenos de ojos.
Él no sabe que su mamá se acostó con su padrino y con los padres de sus mejores amiguitos. Él no sabe que a los diez años todos somos perlas a cuidar …

El monstruito es cabezón. Debe tener 10 o 9 años.
Pero yo lo detesto con toda mi alma…

Los niños no mienten, claro. Pero JURO que si tuviese 21 años,
mañana mismo su mamá- la puta- estaría acostándose nuevamente con otros tipos
para recaudar plata y comprarle miles de coronas para su velatorio…
Porque lo mataría tantas veces que ni tres días de pésame le caberían…

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