jueves, 8 de septiembre de 2011

“Mandela agitaba con la barra de Nueva Chicago”


Con un trago encima habla hasta de Cristóbal Colón
y de cómo hizo el hombre
para llegar a la luna.
Descubrí que tengo un botoncito
atrás de la oreja
izquierda
y cuando lo apreto, de repente, todo me chupa un huevo.
El amor, sus falencias, no llegar a fin de mes,
Las discusiones con los clientes de mi trabajo,
Los amigos que otorgan mi ausencia y envidian honestidades,
Las novias del universo,
Los ojos de la paranoia
y los besos embroncados
con personas
que escuchan la misma música que escuchabas vos.

El amor… te lo debo.
Debería haber comprado
un kilo de kinotos
y ponerme a comer en el sillón.
En vez de estar pensando en aquella vez que quise tomar el colegio
porque echaron a un profe Marxista.
Todo me daba asco. Como ahora. Y encima antes era peor.
Había fumado porro y brillaba el sol ni bien terminabas de comer..
Por lo menos ahora puedo dormir un poco más en mis ideas…
Ya no tiro tachos de basura, ni me pongo a llorar.
Compré una bolsa de cemento
Y edifiqué un muro que atraviesa mis sentimientos
hasta la maldita vida
que enloquece a la mente de todo demente
cantando dos canciones sucias.
Habrá que esperar que pase un ángel muerto
a darme el abrazo
de las buenas noches.