miércoles, 12 de septiembre de 2012

Todos los días son Navidad




Si hago una lista, 
como cuando anotás las cosas que vas comprar en la verdulería,
nos vamos a dar cuenta que en la historia 
los muertos son mayoría 
con respecto a los que viven en la actualidad.
No es nada de otro planeta.

En el cementerio no nos vamos a poder casar.
Pero vamos a cantar canciones con melodías más tiernas y respetables
que las de vivir mal todo el tiempo.

¿Te acordás cuando empecé a salir y yo no sabía mentir?
Vos me ayudaste. Eramos amigos.
Ahora él te lleva al cine, 
te compra las mejores ropas de los mejores shopping. 
Yo sólo podía convidarte un poco de faso, 
o mostrarte alguna bandita copada. 

Qué tarde. Mi lengua chupa el suelo sucio.

Mi amigo Iggy me dijo
que nunca descanse tranquilo. 
Porque no hace falta descansar.
Todo eso que decíamos que era amor: Hoy es mentira.
Vos estás incendiando tu cama con fósforos.
Vos estás incendiandote el cerebro para olvidarte lo que fuiste.

No te enojés.
No sirve de nada.
No vayas a creer que adhiriéndote a un partido político
tu vida va a tener más sentido.
Primero tratá de encontrarte.
No pierdas la esencia ni la sonrisa.
Ni la esencia de la sonrisa.
Ni tus botas 
ni tus remeras 
ni tus expansores ni tus tatuajes
podrán hacer que te sientas feliz de ser quién sos.
Primero estás vos.
Cuerpo.
Espíritu.
Sangre.
Castillo inflamable.
Vos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario