viernes, 13 de mayo de 2011

“ZAPATILLAS COLGADAS EN LOS CABLES DE LA ESQUINA”



¿Qué es un amigo?
Es eso que te duele cuando no está.
Todo el mundo se cayó en tu cabeza. Y la cabeza minutos antes te había dicho: Portate bien.
Papá quedó hablando con el kiosquero en el puesto de diarios a merced del frío y la paranoia de los que lo conocen.
Un angelito subía los escalones de dos en dos en las puertas de mi mente.
Hace un par de años. Antes de nacer.
Óiganme. ¡Vuelvan a su casa! Les decía casi afónico.

Eran ADOQUINES

No había placer ni poesía. La canción la leyó el militar y me la arruinó.
Hubiera preferido plantar un cactus. Y dejar que la ignorancia escriba el verso siguiente.

Parece que los pibes de la esquina se contagiaron de sida.
Otra enfermedad para los que ignoran a los que no tienen nada bajo sus pies.
Nadie les pidió plata para comprar vino. Capaz eran mis primos. VEO IMÁGENES EN LA LÁPIDA DE SUS SECRETOS…

La madrina de los eventos soltó la soga y cumplía órdenes de “nuestro más allá”.
Festejamos.
Nos escondimos cada uno en su propio corazón. Duros pero abrazándonos. La tristeza se peinó, se puso un jean. Unos zapatos de tacón alto y se murió.
La tristeza se murió en semana santa...
Si la tristeza es Dios, ¿resucita cuando quiere? Entonces es nada.

El día que perdí el walk man nadie llamó en la radio. Es que todavía no sabía ni hablar. Todos nos odiamos por internet. Incluso antes de que se convierta en un monstruo nuevo.
Con el tiempo aprendimos que la primer cucharada no moja los labios. Y que quién menos dientes tenga más será la sangre que chupe… y yo, eventualmente no escupo el vaso.
Tengo fría la nariz.
La dama más puta fue haber ganado un resfrío de otro tiempo

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