viernes, 13 de mayo de 2011

EL COMEDOR SOLEADO



Conocí al diablo. Yo cavé mis fosas.
En el mundo alternativo nada será consecuencia de ningún caos.
Las agujas servirán para ser utilizadas y no para estar más tiempo en las farmacias
Que en los mismísimos hospitales.
La tristeza será la sonrisa de los fracasados, y los consejos y los proverbios
Quedarán para otro tipo de testamento.
El apocalipsis será sincero y sin trompeta. No queremos reggae. Sería el error final.
La biblia, un cómic para entendidos.
Desde la imaginación el inadaptado no va a ser ese ADAPTADOR-ADAPTADO que es hoy en día.
Habrá luces constantes y parlantes para los orgasmos.
Hasta las viejas aburridas se pintarán los labios.
Nadie va a vomitar brea.


Maradona supongo que será aquél nuevo prócer pero sin caballo blanco.
Los corazones podridos podrían morir dentro de una caja infeliz.
Llorarán los profetas la partida de un nuevo comandante o no. La cuestión es que serán más precavidos..
El rollo de los manicomios y geriátricos no va a existir. La cárcel misma de los que se apresan por su cuenta tampoco.
Supongo que las ideas no serán tan endemoniadas y perversas para uno mismo.
Inclusive, llamaremos a alguien para no desangrar alcohol
o para que no nos roben los ojos.
Nadie pedirá perdón porque nadie tendrá ganas de hacer mal.
Los condenados al intento no se ahorcarán con ilusiones ni cabrá la posibilidad de existencia de algún tipo de camada snobs que sacuda la sabana con tal de no ensuciar sus argumentos con migas de insomnio.
Vamos a vivir de noche. Pero lejos. Muy Lejos.
No mearemos ninguna persiana de ningún supermercado ni llamaremos por teléfono a la primera persona que tengamos ganas de ver cuando estemos borrachos.
Seremos hijos de la ciudad.
Yéndonos temprano para no esperar nada más…
Y NADA MÁS…

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