lunes, 18 de abril de 2011

“EL QUE PIENSA TODO SE MUERE”



Hice mis plegarias jurando no sangrar la vereda
Bailé de rodillas espantando todo eso que sentías muy de cerca.
Llamé a la radio para decirle que no iba,
Escupí 54 pesos del pantalón
por los días en los que el planeta te aburría…
Hice dormir
a mi hermanita con su osito que una vez vomité…

Pero HOY las cosas siguen como HOY
Como hace dos minutos… y los cadáveres se ríen con sus remeras de fútbol inglés.

“-Ella se reía después de abrazarte. Pero se olvidó de abrazarte.
Sus ojos no significaban piedad… tenían cuchillos
Que te cortaban con la mirada (llena de memoria)
Era muy frágil para decirte la verdad...
-Y vos ya no tenés otra oportunidad para aclararle este suicidio.
No crees poder decirle alguna vez que no querés ser el amigo.
PERO NI SIQUIERA SOS ESO”


Miré el cable que estaba arriba de los perros en la oscuridad,
Y caminé en puntitas de pie
con mis discos en la campera.
¡Maldita sea! -se dijo a sí misma- ¡ESTA VIDA ES UNA MIERDA!
Preparó el té
(Y se le cayó la taza)

Leyó una canción estúpida que hablaba de merca.
Dijo mil cosas que ni recuerdo.

Pero a veces solemos ser tan imperfectos QUE ENCIMA lo creemos...

Y me fui.

Llovía. Pero no en mi barrio…

Era un chabón normal pintando con desilusiones
las uñas de un amor que no podía confesarle.
No le arruinó la vida
ni jugaron a las escondidas
No la besó NUNCA
ni le preguntó si tenía sida…

No hay comentarios:

Publicar un comentario