jueves, 6 de septiembre de 2012

ESTO ES UNA CARTA PARA UNA GUACHA QUE SE LE CAYÓ EL CORAZÓN ADENTRO DE UN PELO :





Nunca te dije que ibas a quedar sola en tu pieza.
Menos que menos me quedé con tus Cd´s

o abusé de tu confianza?



Fuiste tos, estornudo y bostezo cagado 
al mismo tiempo que yo también era bostezo, estornudo y tos.
Te parecías a Bukowski leyéndole El Principito a los borrachos que duermen en la estación de tren de Tigre.
Creo que hice todo un poco más tarde que lo normal 
(Ni siquiera los puntuales se quejaron de llegar temprano)
Eso no quiere decir 
que no te haya querido mucho.

Es así; El mundo es así y no hay nada que puedas hacer o evitar.
A veces encantador. A veces, desprolijo y superficial que te dan ganas de tirar cada partícula de aire al inodoro. Es muy zarpado el querer tratar de influir en tu propio cambio. O sea... SE DÁ. 
Es como darle cariño a un sapo que después se muere aplastado por un BMW o se convierte en rey. En serio. 
Podés cambiarte de piel o adaptarte a ser otro más bueno, sencillo, paciente, consejero o un brazo de cromo, pero no sabés cuándo carajo llega el momento en que tu risa se hace una flor.

Pendeja, pasaron tantas cosas en estos años... Conocí muchas cosas.
Conocí a la dama de los príncipes olvidados. Una mina muy forra que le pega en las neuronas a todos y los atosiga. Los deja bailando desprotegidos. La dama de los principes olvidados es una vacía cosa-cosa. 
Te encierra. 
Te ata. 
Te caga a palos. No te deja escapar.
Y vos te reís para no pensar que realmente estás atrapado en su infierno tenebroso. Y hacés bien. Yo trato, y es ahí cuando aparecés vos 
otra vez 
para matar los monstruos que se me quieren meter dentro de mis dientes..

Parece una idiotez toda esta carta. O esto que estoy diciendo. Pero la escribo igual. Sabiendo que nunca la vas a leer.
Sabiendo que tengo 17 años de nuevo.
Sabiendo que volví a fumar porro y me cayó re bien.
 Sabiendo que la última vez que nos vimos dijimos que no nos íbamos a acordar de nuestras caras.
Y creo que acertamos.

Sólo dormimos
cuando no escuchamos más el ruido de las estrellas chocándose...

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